Vemos la vida como un
proceso, un proceso que es la unión
proceso, un proceso que es la unión
de tiempo y
cambio.
cambio.
L@s adult@s
de nuestra comunidad, nos atrevemos a pensar
en nosotr@s mism@s, en primer lugar, como seres humanos con un grandioso
potencial para el crecimiento y el cambio.
Las personas
adultas de este grupo nos comprometemos a cambiar y crecer para:
1. Vivir
unas con otras de manera que podamos sentirnos satisfechas de nosotras mismas
2. Ayudar a
l@s niñ@s a sentirse satisfech@s de si mism@s.
3. Relacionarnos
sin culpas ni recriminaciones.
4. Ser
sensibles a nuestros sentimientos y a los de las demás.
5. Expresar
nuestra irritación y nuestra cólera sin causar ningún daño.
6. Respetar
las necesidades de lx@ niñ@s y, a la vez, respetar nuestras propias necesidades.
7. Hacer
posible que l@s niñ@s cooperen y sean
responsables porque, por naturaleza, lo desean y no porque tienen miedo
a las consecuencias de no hacerlo.
8. Romper el
ciclo de inútiles charlas que se ha transmitido de generación en generación y
dejar a l@s niñ@s un legado diferente, una forma de comunicación que puedan
usar durante el resto de sus vidas, con sus amig@s, compañer@s, madres y padres,
estrañ@s y algún día con sus propi@s hij@s.
El proceso
de convivir y/o trabajar con niñ@s puede resultarnos, a muchas de nosotras, de
lo más exigente, a veces incluso, agobiante;
se requiere tener corazón, inteligencia y resistencia (entre otras
muchas más aptitudes). Conocedoras de esta realidad, declaramos que queremos
asumir estos riesgos y caminar junto a l@s niñ@s. Por eso, cuando no estemos a
la altura de nuestras expectativas, y no siempre lo estaremos, vamos a ser tan
bondadosas con nosotras como con nuestr@s pequeñ@s. Si l@s niñ@s merecen mil
oportunidades y después una más, también nosotras nos auto concederemos mil oportunidades y después
dos más.
*ESTE APARTADO ESTÁ INSPIRADO Y CASI
COPIADO DEL LIBRO “CÓMO HABLAR PARA QUE LOS NIÑOS ESCUCHEN Y CÓMO ESCUCHAR PARA QUE LOS NIÑOS HABLEN (Adele Faber, Elaine Mazlish)
LOS
CIMIENTOS:
AMOR y SEGURIDAD: dos
necesidades básicas que el ser humano necesita tener cubiertas antes de poder
atender sus necesidades de madurez.
El AMOR es una necesidad básica de
supervivencia, al mismo nivel que el alimento, el abrigo o los cuidados
personales. Nos referimos al amor incondicional, el amor que se recibe sin
necesidad de pedirlo, el amor a la persona por ser quien es, independientemente
de lo que hace. Cuando una persona no se siente amada, sacrifica sus propias necesidades de desarrollo
y realización personal para conseguir serlo.
La SEGURIDAD, física y emocional,
es básica para que pueda darse cualquier proceso de crecimiento. Un ambiente
seguro físicamente implica garantizar la
ausencia de peligros activos; es decir, de elementos de los cuales l@s niñ@s no
pueden valorar la peligrosidad. Emocionalmente, dar seguridad es velar por
cuidar que no se den agresiones de ningún tipo, físicas, verbales, etc.; además
de garantizar amor incondicional y de dar cabida a la expresión de las
emociones, sean cuales sean.
Una vez cubiertas las
necesidades de amor y de seguridad, el niño ya puede atender sus necesidades de
maduración y realización personal.
MARCOS DE DESARROLLO:
Cada criatura tiene un crecimiento
único y diferente, aunque se dé sobre un marco de desarrollo semejante. El
desarrollo de las capacidades básicas comunes, como andar o hablar, tienen un
momento, una armonía y una forma de llevarse a cabo diferentes en cada persona.
Cada nuevo paso se da
cuando internamente se está preparado para ello y las circunstancias externas
lo posibilitan. No hay un momento mejor para “florecer” que el que cada niñ@
elige de forma espontánea.
Nuestra propuesta educativa
se basa en permitir el desarrollo particular de cada niñ@, es decir, el
proporcionarle las posibilidades externas que den respuesta a sus necesidades
internas de crecimiento, sin querer manipular este proceso desde fuera.
Unas
referencias:
* Durante la primera infancia,
la experimentación es un fin en sí misma; no hay más finalidad en las acciones
que la de “sentir” y “experimentar”. Aproximadamente hasta los 6 años, las
necesidades de desarrollo de las criaturas son de carácter sensorial y motor,
necesitan experiencias que involucren los sentidos de la vista, el tacto, el
oído, el olfato... y el movimiento.
*A los 6/7 años, empieza la
fase operativa; hacemos las cosas con una o varias finalidades. L@s niñ@s no se
conforman en experimentar, también quieren resultados. Surge la disposición de
interactuar con el entorno a través de la comprensión del mismo. Para ello
necesitan poder vivenciar directamente los aprendizajes, con materiales
concretos.
*A partir de los 13 o 14 años ya están list@s para empezar a entender abstracciones y a filosofar. La pregunta clave es: ¿Quién soy yo y que “pinto” en este mundo?. Necesitan responderla para ir tomando decisiones importantes sobre su propio futuro y para, a partir de ahí, iniciar un proceso en el que puedan realizarse, a su manera, como personas.
EL APRENDIZAJE
Es proponiéndose lo imposible como el hombre ha
logrado siempre lo posible Aquellos que se han ceñido prudentemente a lo que les parecía factible,
jamás han avanzado un solo paso" CEL (COLECTIVO DE EDUCACIÓN LIBRE)
jamás han avanzado un solo paso" CEL (COLECTIVO DE EDUCACIÓN LIBRE)
Entendemos
que aprender es una función vital de
todo organismo vivo.
El proceso de aprender es un proceso que se
inicia dentro del propio ser como respuesta a una necesidad básica, biológica,
y no es un proceso de condicionamiento exterior de fuera hacia dentro.
Es
imposible no aprender; estamos formándonos constantemente, desde que nos
levantamos hasta que nos acostamos, desde que nacemos hasta que morimos.
Cuestión diferente es si lo que estamos aprendiendo es lo que otros esperan que
aprendamos o si se nos está permitiendo ser fieles a nuestro criterio personal
de aprendizaje aquí y ahora. Porque en
unas condiciones óptimas/sanas, cada persona determina en cada momento cual es
el camino intelectual, emocional, social, vital que siente que tiene que
desarrollar.
Los mejores aprendizajes
surgen desde la curiosidad y el interés, por una necesidad interna, cada un@ a
su propio ritmo y conforme a sus experiencias previas cuando se está listo para
hacerse la siguiente pregunta.
El
placer del logro por lo que un@ mism@ consigue es una de sus más grandes
recompensas y ahí es cuando surge un aprendizaje significativo.
Los aprendizajes y las estructuras de comprensión
más complejas se dan en ambientes tranquilos y gozosos. En ambientes peligrosos
o tensos las conexiones neuronales son más cortas, rápidas y simples pues sólo
están relacionadas con nuestros instintos básicos de supervivencia. Cuando l@s
niñ@s pueden tomar su tiempo, observar sin prisa, involucrarse con todos sus
sentidos, sentir sus cualidades, concentrarse plenamente sin interrupciones,
probar diferentes posibilidades sin miedo a las críticas ni a equivocarse;
entonces se establecen conexiones neuronales complejas que relacionan
diferentes partes del cerebro, diversos datos y experiencias. El cerebro y sus
ramificaciones neuronales son como un atrapasueños, con cada experiencia nueva
tejemos más conexiones neuronales, cuantas más ricas y variadas sean éstas, más
tupido y hermoso es el tejido. En un ambiente placentero y sosegado, podremos
tejer atrapasueños muy tupidos que “atraparán muchos sueños”, muchos datos; mientras
que los atrapasueños que se tejan con experiencias repetitivas rodeadas de
tensión o miedo, tendrán pocos hilos y muchos “sueños” se escaparán.
EL PAPEL DE L@S
ACOMPAÑANTES
Para acompañar a l@s niñ@s y jóvenes es imprescindible tener voluntad
para hacer un trabajo interior y continuo.
Consideramos fundamental tanto la expresión como la aceptación de las
emociones y necesidades propias y ajenas, para la convivencia y cohesión del
grupo, por eso trabajamos para conectarnos con nosotr@s mism@s y con l@s demás
personas con las que compartimos el día a día.
Como
acompañantes velamos para garantizar un ambiente relajado con una oferta
variada de actividades y rincones que cubran las necesidades de desarrollo de l@s
niñ@s y prestamos atención tanto a los procesos individuales como a los
grupales.
Jugamos
roles que varían según las circunstancias; podemos observar, participar como
un@ más, ser un modelo de referencia, hacer propuestas concretas, asegurar que
se cumplan los acuerdos y reglas establecidas… Para poder saber qué hacer en
cada momento, necesitamos estar muy presentes para percibir las pequeñas
señales que l@s niñ@s nos van dando y ser
auténtic@s con ell@s (y por supuesto, con nosotr@s mism@s).
LOS LÍMITES:
Con frecuencia oímos decir que los padres
y las madres, l@s maestr@s etc. tenemos que saber poner límites a l@s niñ@s;
que tenemos que aprender cuándo, cómo y por qué debemos hacerlo.
Este sin duda es uno de los dilemas más
peliagudos con el que nos encontramos todas y todos los que queremos criar y socializar
a las criaturas que hemos parido para que sean felices, y no para que le rindan
servidumbre a nadie; y con el deseo y la firme voluntad de ser amantes
complacientes y no dictadores o dictadoras autoritarias.
En el marco
de la pedagogía libre, pilar fundamental del proyecto, los límites vienen
impuestos por el respeto hacia el otro, al espacio y a los objetos.
La cuestión,
para nosotras, a partir de ahí radica en tres matices:
a)
En informar de los
límites en vez de ponerlos.
b)
En dejar de hablar de límites y utilizar otros conceptos como:
acuerdos, normas, reglas, valores etc… que nos parecen más agradables de oír,
que no culpan a nadie y que nos dan información valiosa para poder “jugar”
junt@s.
c)
En la empatía y el amor incondicional.
a) La diferencia entre dar INFORMACIÓN
y dar ÓRDENES es
crucial;
Cuando elegimos INFORMAR reconocemos en
l@s niñ@s una serie
capacidades efectivas, confiamos en
gran medida en su capacidad de discernimiento.
En cambio cuando optamos por mandar
sistemáticamente, estamos subestimando a las criaturas, les “decimos” que son
incapaces por sí mismas de sentir, de pensar, de evaluar las circunstancias de
una situación dada, o de tomar la más mínima decisión.
Además del reconocimiento de su
inteligencia y sus capacidades, en esta
apuesta, hay también consideración y respeto hacia lo que quiere la
criatura;
tal es, la actitud que corresponde a una relación respetuosa con nuestros
semejantes, de igual a igual.
Ante el argumento de querer proteger a
l@s niñ@s poniéndoles límites, queremos matizar que desde el momento en que en
lugar de darles una explicación interponemos un ‘no’, estamos impidiendo el
aprendizaje del entorno, y es este desconocimiento del entorno, junto con la
permanente inhibición de la acción propia de la criatura, lo que le vuelve
peligroso.
Prohibir y obligar lejos de proteger
propicia que la criatura se vuelva más temeraria, por no haber podido aprender,
como necesita, las normas del “juego”.
b) Límite:
término, fin , meta, demarcación, frontera, coto, linde, raya, margen, extremo,
tope, barrera, limitación, cumbre….
Normas: reglas, pautas,
modelos, criterios, políticas, ejemplos, plantillas, principios, fórmulas,
formalismos, patrones, recetas, vías, procedimientos, métodos, costumbres,
conductas, actuaciones, guías, instrucciones.
Acuerdos: pactos, compromisos,
tratados, armonías, paces, inteligencias, entendimientos, dictámenes,
resoluciones, decisiones, conformidades, concordancias.
Valores:
acciones,
virtudes, importancias, trascendencias, importancias, intereses,
consideraciones, aprecios, esencias, méritos…
Ante esta ristra de sinónimos, aún con
más convicción, preferimos, cuando se trata de acompañamiento, educación y
crianza, hablar de y trabajar con valores, normas y acuerdos que con y de límites.
Cuando hablamos de que un niño “no
tiene límites” o que “necesita límites”, estamos hablando de lo negativo, de lo
que está mal. Para nosotr@s es preferible poner la energía en aquello que
queremos transmitir (acuerdos, normas, valores…) es decir en las soluciones en vez
de en los problemas.
C) Porque el amor
complaciente es un hecho totalmente
independiente
de las normas (límites) que haya, por muy desgraciadas
que éstas sean. Son dos cuestiones de
diferente condición.
Es algo muy simple; se trata de que,
ante cualquier regla que se oponga a los anhelos de nuestra criatura, nos situemos
incondicionalmente
del
lado de sus deseos; de no considerarlos
meros caprichos improcedentes, sino como producto de su vitalidad y en tanto
que pulsiones vitales que animan su desarrollo psicosomático, emocional y de
aprendizaje los analicemos honesta y sinceramente con ella, junto con todos los
factores que intervienen en la situación, para después tomar una decisión
conjuntamente, con el respeto y la responsabilidad de la protección que le
debemos a ese desarrollo, a esa criatura humana que no es mi inferior ni mi
subordinada, sino que es mi semejante y socialmente mi igual.
Y si a pesar de todo tenemos que
doblegarnos ante las normas, sufriremos juntas la represión de nuestros deseos:
porque nuestro anhelo ha seguido, sigue y seguirá siendo la complacencia del
suyo.
¡Qué diferente la perspectiva, si
contemplamos sus afanes como la maravillosa vitalidad de sus maravillosos
cuerpos! Sus deseos todavía son el pulso de su vida, lo que alienta su
existencia.
Por eso la negación de los mismos,
aunque no nos demos cuenta, supone una negación de su vida, un cuestionamiento de
su existencia; una existencia y unos deseos que debían ser incondicionalmente
defendidos y protegidos por nosotr@s, l@s adult@s que les amamos.
Ante la evidencia del afán de
complacencia, la criatura no identificará reglas con falta de amor, como en
cambio sucede si directamente le damos órdenes como si fuéramos las promotoras
de dichas reglas.
Y así l@s niñ@s podrán seguir creciendo
en el entorno de empatía y amor incondicional que necesitan para el desarrollo
de su propia capacidad de amar.
Porque aunque tenga
que someterse a las normas y a la ordenación social, la criatura se sentirá
amada incondicionalmente.
Si hubiera que resumir esta actitud en
una palabra, ésta sería COMPLICIDAD.
Y que no nos quepa la menor duda de que,
cuando no hay empatía por nuestra parte, l@s niñ@s se dan cuenta y sienten que sus
deseos no nos importan. Cada vez que nos ponemos del lado de las normas sin tener en
cuenta sus anhelos, les estamos dejando de amar incondicionalmente, y la criatura lo
percibe. Y por eso reacciona con rabietas, exigiendo las cosas de manera
testaruda, pataleando y armando broncas por cosas aparentemente
insignificantes...
Pero no nos engañemos, el
empecinamiento de l@s niñ@s es por el amor incondicional y complaciente
perdido, y por la falta de respeto que les profesamos; no por los límites a sus
afanes.
Y no estamos hablando de un niño o una
niña en concreto, estamos hablando del amor y el respeto a la infancia y por
ende del amor a la sociedad. Porque una consecuencia muy importante de la
represión de los deseos en la infancia es el desarrollo de la violencia. El
malestar en la infancia no es gratuito; pasa factura a la sociedad.
Lo reprimido saldrá de un modo u otro,
y la creciente y permanente violencia en el mundo tanto en los ámbitos públicos
como privados no cesará mientras que no cambie la actitud de la sociedad con la
infancia.
LO QUE LA
ACTITUD AUTORITARIA
PRODUCE
* Bloqueos en la relación
sentimental madres/padres-hij@s.
* Freno al desarrollo de la
capacidad de amar y
de la sexualidad.
* Vampirización de la energía
vital del niño y creación de
una psique sumisa.
* Obstaculización del proceso
natural de aprendizaje y
retraso del desarrollo de
habilidades cognitivas y
motrices.
* Stress y relaciones
patológicas; violencia.
* Adaptación a las relaciones
competitivas y fratricidas
LO QUE LA
COMPLACENCIA
PRODUCE
* Relaciones sanas y fluidas
entre madres/padres e hij@s.
* Entorno adecuado para la
expansión de la capacidad de
amar y de la sexualidad.
* Potenciación de la vitalidad,
creatividad, responsabilidad,
y capacidad de iniciativa de
los niños.
* Activación natural de los
mecanismos genéticos de
aprendizaje.
* Autorregulación y salud; carácter
apacible.
* Adaptación a las relaciones
fraternales y de apoyo mutuo
“Nada es blanco o negro. A veces nos
reconoceremos de un lado, y a veces del otro. Pero, con un poco de reflexión
sobre lo que nos jugamos, haremos esfuerzos para estar más de un lado que del
otro”
*ESTE APARTADO DE LÍMITES ES CASI UNA COPIA LITERAL DEL
ARTÍCULO DE CASILDA RODRIGAÑEZ: “PONER LIMITES O INFORMAR DE LOS LIMITES”.
LA EDUCACIÓN
No hay más que una educación y es el ejemplo.
MAHLER
“Creemos en una
Educación Libre, crítica, integral, igualitaria y transformadora.
Consideramos
que el objetivo final de todo el proceso educativo es el de formar individuos
libres, cuya libertad se haga mayor cuanto mayor sea la libertad social en que
puedan desarrollar sus cualidades. Se trata, por tanto, de fusionar las
aspiraciones pedagógicas con objetivos más globales. De esta manera entendemos
la educación: como la eliminación progresiva de la autoridad en beneficio de la
libertad. Es el paso de la heteronomía* a la plena autonomía.” CEL
*Del griego "heterónomos" (dependiente de otro) el término tiene un uso preferentemente en el ámbito de la Ética, para designar la procedencia empírica o externa de las normas o reglas morales por la que se regula la acción del sujeto, por lo que la conducta del individuo no queda regulada por su propia conciencia, sino por algo ajeno a ella, renunciando así a una acción moral que se autodetermina a sí misma.
También nos sumamos, en líneas generales, a lo que se define
como Educación Libre según la
XELL (xarxa de educació lliure):
“La educación libre pretende ser una relación educativa
basada en la aceptación y el respeto por la persona, que se sostiene en la idea
de que la principal función de la educación no es preparar individuos para
incorporarse al mundo laboral, sino que representa un compromiso para entender
y ayudar al otro a desarrollarse en todas sus dimensiones.
Las
personas y colectivos que formamos parte de la Xell entendemos por educación
libre aquella que respeta los siguientes principios:
· La educación de la persona a través de la convivencialidad.
Entendemos que la educación se articula sobre todo a través de la convivencia y las interacciones entre personas de cualquier edad. La primera necesidad humana es la necesidad del otro, la necesidad de ser amado y de amar. La construcción de relaciones humanas plenas es a la vez medio y fin de la acción educativa. Los saberes culturales son más que nada un vehículo para articular estas relaciones y no un fin en sí mismos.
Entendemos que la educación se articula sobre todo a través de la convivencia y las interacciones entre personas de cualquier edad. La primera necesidad humana es la necesidad del otro, la necesidad de ser amado y de amar. La construcción de relaciones humanas plenas es a la vez medio y fin de la acción educativa. Los saberes culturales son más que nada un vehículo para articular estas relaciones y no un fin en sí mismos.
· La educación integral de
todas las dimensiones de la persona.
El ser humano es un ser complejo, con múltiples dimensiones. La educación debe permitir el desarrollo de todas estas dimensiones o inteligencias (cognitivas, físicas, emocionales, expresivas, sociales, etc.) Desde un enfoque global y no fragmentario.
El ser humano es un ser complejo, con múltiples dimensiones. La educación debe permitir el desarrollo de todas estas dimensiones o inteligencias (cognitivas, físicas, emocionales, expresivas, sociales, etc.) Desde un enfoque global y no fragmentario.
· La
educación a través del respeto a las necesidades, los ritmos y la intimidad de
cada una de las personas.
Entendemos que toda persona, niñ@ y adult@, está en continuo crecimiento, y que nadie está en disposición de forzar, acelerar o involucionar este proceso desde la experiencia propia y el mentalismo. La educación libre implica pues construir relaciones basadas en la no imposición, la no coercitividad, y el respeto a los procesos individuales.
Entendemos que toda persona, niñ@ y adult@, está en continuo crecimiento, y que nadie está en disposición de forzar, acelerar o involucionar este proceso desde la experiencia propia y el mentalismo. La educación libre implica pues construir relaciones basadas en la no imposición, la no coercitividad, y el respeto a los procesos individuales.
· La educación en la libertad
responsable.
Entendemos que la relación educativa debe posibilitar la libertad de la persona para actuar y tomar decisiones desde la percepción de sus necesidades y la interdependencia con el otro. No se trata, pues, de un concepto ingenuo de libertad, de hacer lo que a uno le da la gana, sino de una libertad responsable, que representa una vinculación y un compromiso con el otro desde la propia autonomía y vivencia .
Entendemos que la relación educativa debe posibilitar la libertad de la persona para actuar y tomar decisiones desde la percepción de sus necesidades y la interdependencia con el otro. No se trata, pues, de un concepto ingenuo de libertad, de hacer lo que a uno le da la gana, sino de una libertad responsable, que representa una vinculación y un compromiso con el otro desde la propia autonomía y vivencia .
· La educación a través de la corresponsabilidad
Cada etapa de la vida tiene unas características y unas limitaciones que nos permiten afrontar las situaciones de manera peculiar. En consecuencia, la relación entre el niño y el adulto debe tener en cuenta las potencialidades de cada persona, desde la plena responsabilidad que cada uno está capacitado para asumir, con el fin de ir construyendo una mayor igualdad y justicia sociales.
Cada etapa de la vida tiene unas características y unas limitaciones que nos permiten afrontar las situaciones de manera peculiar. En consecuencia, la relación entre el niño y el adulto debe tener en cuenta las potencialidades de cada persona, desde la plena responsabilidad que cada uno está capacitado para asumir, con el fin de ir construyendo una mayor igualdad y justicia sociales.
La
educación a través del aprendizaje vivencial y activo.
El aprendizaje, que parte del propio organismo implica descubrir, tocar, sentir y explorar el entorno natural y social. Es a partir de esta vivencia que somos capaces de captar las relaciones más profundas de la realidad. El niño, la juventud, y el adulto por igual, no necesita ninguna motivación extrínseca para aprender. Todo nuestro impulso vital está dirigido en este sentido. Necesitamos explorar la realidad con nuestros sentidos, con la implicación global de todas nuestras dimensiones.
El aprendizaje, que parte del propio organismo implica descubrir, tocar, sentir y explorar el entorno natural y social. Es a partir de esta vivencia que somos capaces de captar las relaciones más profundas de la realidad. El niño, la juventud, y el adulto por igual, no necesita ninguna motivación extrínseca para aprender. Todo nuestro impulso vital está dirigido en este sentido. Necesitamos explorar la realidad con nuestros sentidos, con la implicación global de todas nuestras dimensiones.
· Una propuesta de espacios,
ambientes y materiales
Todos estos principios se articulan en la práctica diaria a través de ambientes y materiales que están disponibles para la exploración y manipulación de los niños. Hay una variedad de ambientes, cada uno con sus peculiaridades y límites. Todo ello dentro de una atmósfera general relajada, sin presiones externas, ni expectativas de producir o de tener nada, simplemente ser.
Todos estos principios se articulan en la práctica diaria a través de ambientes y materiales que están disponibles para la exploración y manipulación de los niños. Hay una variedad de ambientes, cada uno con sus peculiaridades y límites. Todo ello dentro de una atmósfera general relajada, sin presiones externas, ni expectativas de producir o de tener nada, simplemente ser.
Es que puede haber algo más allá de SER, simplemente
SER? “
¿Y qué NO queremos?:
La educación basada en premios y castigos, felicitación
y regaño, aceptación y rechazo, una buena muestra de cómo el amor condicionado
logra conducir los intereses de los niños y moldear su comportamiento. Nosotr@s
no queremos esto para l@s niñ@s. No queremos hij@s sumis@s, queremos niñ@s
libres que cuando sean adult@s sepan decir NO ante un abuso, que no se dejen explotar a cambio de unas
palmaditas en la espalda ni vivan pendientes de la aprobación de las demás.
NUESTRA ESCUELA
Acoger al niño
con respeto, educarlo con
amor,
dejarlo ir con
libertad.
(Rudolf Steiner)
Nuestra
escuela es ante todo un espacio de AMOR, donde, tanto niñ@s como adult@s,
crecemos. Cada uno da y recibe de diferentes maneras, siendo tan significativo
el aprendizaje de las criaturas como el del/a adult@ que las acompaña.
Nos proponemos crear un entorno relajado y libre de
presiones
externas que favorezca el que l@s niñ@s y jóvenes FLOREZCAN, que se conozcan a si mism@s, descubran sus más profundas motivaciones vitales y sean capaces de desarrollar plenamente sus talentos y capacidades en la Escuela y fuera de ella, durante la escolarización y a lo largo de su vida.
externas que favorezca el que l@s niñ@s y jóvenes FLOREZCAN, que se conozcan a si mism@s, descubran sus más profundas motivaciones vitales y sean capaces de desarrollar plenamente sus talentos y capacidades en la Escuela y fuera de ella, durante la escolarización y a lo largo de su vida.
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